miércoles, 19 de marzo de 2014

PAISAJE.

En el parco silencio de la tarde
toda sombra es rumor, susurro, canto;
y la ciudad, postal de desencanto
es ahora otro sol, que lejos, arde.

Es tan vasto el silencio, tan profundo
que mi aliento profana este paisaje.
Vagabunda de mí, busco un lenguaje
más allá de las voces de este mundo.

Ser un breve latir que quema y nombra
como un grito nacido a sol y sombra:
retener en un verso la certeza.

Ser una voz y todas, la voz de otro,
ser el dolor y ser también el potro,
la semilla fatal de la belleza.

MARIANA FINOCHIETTO.

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