Hay una palabra que ignoro y me nombra, amordazada por siglos de conciencia: la expresión plural de mi singularidad. Hay una palabra violenta en mi sangre, rugiendo en silencios, y no la sé nombrar.
Mariana Finochietto.
jueves, 31 de julio de 2014
La garra que se cierra sobre el corazón con ciega avidez de alimaña se parece, vagamente, a la mano que me amó. Ha de consumirse o hastiarse de no encontrar más que estos pobres restos. La ilusión, al morir, es poco más que un hueso seco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario